martes, 20 de julio de 2010

El amor concede a los demás el poder de destruirte...


Podemos comenzar diciendo que ya no tengo fuerzas ni voluntad para mantenerme alejado de ti.

Estoy aquí y te quiero, siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos, estuve pensando en tí. Cuando te dije que no te quería esa fue la más negra de las blasfemias. Ví en tus ojos que de verdad creías que ya no te quería. La idea más absurda, más ridícula. ¡ Como si hubiera alguna manera de que yo pueda existir sin necesitarte!

Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que absurdamente traducido significa que preferiría morir antes que alejarme de ti.

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